Columnista invitado
Si se elaborara un manual de cómo maniatar a un gobierno en la parte económica, lo actuado por Rafael Correa calzaría perfectamente. Se torna un problema perverso porque emprender en acciones diametralmente opuestas tampoco resuelve el problema, inclusive lo podría complicar más. Un ejemplo es el ajuste abrupto al gasto público, acción que de adoptarse de forma intensa podría contraer la economía aún más que el estancamiento vigente. La reducción del gasto debe ser gradual, moderada y dirigida hacia aquellos rubros que no estrechen más la actividad económica. Cortes violentos de gasto fiscal sin que todavía reaccione la actividad privada como se requiere puede profundizar un proceso recesivo.
Otro caso es el necesario retiro del impuesto a la salida de divisas. Su implantación fue perversa para la actividad económica, para la inversión extranjera y para el sano equilibrio entre las cuentas externas y fiscales. El ambiente económico de la década anterior siguió alentando la salida de capitales, debilitando con ello las cuentas externas pero promoviendo un impuesto que ocupa el tercero de mayor recaudación luego del impuesto a la renta y el IVA. En otras palabras, remover el impuesto tiene impactos recaudatorios importantes, por lo que su eliminación debe conllevar un entorno económico auspicioso para que no se produzcan salidas adicionales de divisas ni se impacte a las cuentas fiscales. Por lo tanto, también debe hacérselo de forma gradual conforme la actividad privada vaya cobrando dinamismo y fuerza.
El otro aspecto es el referente a la deuda pública, interna y externa. Si se ha acumulado un desequilibrio fiscal cercano al 8% de PIB, si las necesidades totales de recursos por año son de aproximadamente USD 20 mil millones y el gasto público se ha convertido en el mayor promotor del crecimiento económico dado que el sector privado ha sido temeroso y excesivamente cauto, ¿cómo dejo de endeudarme? Además, si me endeudo con el riesgo país vigente, ¿cómo lo hago en mejores condiciones financieras si el país sigue siendo riesgoso?
El país está inmerso en una lista no corta de dilemas de política económica, que no pueden corregirse ni con medidas aisladas o parches, ni estando ausentes del apoyo internacional. Las disyuntivas antes descritas solo ilustran unos pocos de los múltiples problemas a resolver. ¿Y el tema de la seguridad social y los proyectos estratégicos? Va a ser cuesta arriba encarrilar el país sin un programa económico integral y bien hecho y sin apoyo internacional, como lo hemos dicho hasta la saciedad. ¡Qué forma de hacerle daño a la economía ecuatoriana y al país durante esa década abusada, no ganada! Y, para rematar, con ese equipo económico es imposible corregir lo heredado, pues son los mismos actores.