Alparecer, el Frente de Centro Izquierda quiere encarnar una tendencia ideológica, lo que hace falta al Ecuador de la empobrecedora polarización de Correa vs. antiCorrea.
Un proyecto de centro izquierda puede ser una prioridad, pues esta tendencia perdió con esa polarización que hace de la derecha la única alternativa, cuando buena parte del electorado con posiciones más elaboradas ha sido de centro derecha a centro izquierda.
No debería ser una alianza circunstancial, sino un proyecto de sociedad, que rebase la que fue el PT en Brasil o el frente gobernante en Uruguay.
Lo prioritario sería un “equilibrio” entre captar electorado del centro, en lugar de dejarle esto a la derecha, y un proyecto de sociedad, pro igualdad social y de un Estado que sabe lo que regulación es o de intervención económica, y profundice e innove la democracia.
Sería un proyecto de largo término, ahora plasmado en sus enunciados generales.
En el inmediato, debe ampliar los electorados que han sido suyos, mayoritariamente serrano-amazónicos; fue menos en la Costa, ahí reinan la derecha y el populismo, en parte ya captados por Correa.
La disputa mayor será la Sierra. Fue la primera base de apoyo a Correa y en parte lo es aún. Ello exige una estrategia para captar este sector y disputar otros en la Costa, con propuestas específicas, organización, candidatos apropiados y presencia que suscite efervescencia participativa.
Es auspiciosa la convergencia de organizaciones del centro a la izquierda, unas políticas con base electoral o no, otras no partidarias. Cuenta incorporar organizaciones de todas las regiones del país, políticas o sociales, sabiendo desde luego que la disputa es política y electoral, pero la vitalidad de la política viene de este vínculo con la sociedad.
La forma de la alianza debería favorecer incorporar aliados y devenir opción de poder. Una figura es la del PT en Brasil, un partido en que cohabitan tendencias diferentes, con un programa y funcionamiento para todos los miembros.
A lo mejor, la tradición ecuatoriana es más cercana al Frente Amplio uruguayo, una alianza de diversos partidos, de izquierda tradicional o cercanas al centro, con un programa concertado y la voluntad de ser una opción de gobierno; sin renunciar a las posiciones de sus partidos hacen concesiones, para captar diversos electorados y ser gobierno con un programa más inmediato y práctico.
Construir un programa es así una prioridad, pero es indispensable uno para asumir la crisis. Además, el postcorreísmo no puede ser una tabla rasa, sino convertir lo positivo en fuerza y lo que debe ser transformado en tarea programada. Pero Ecuador necesita con urgencia un aparato productivo para los nuevos tiempos y responder a las necesidades internas. La economía social y solidaria es una base práctica para incentivar empleo y contar con lo propio al responder a las necesidades.