Quiero ser libre. Mis papás me tratan mal. Yo hago todo en mi casa. Cocino, lavo, plancho y así parezco mal. Desearía mucho que me ayudaran. Yo soy una niña, mi mamá se murió. Yo era feliz y hoy estoy triste pero espero que me comprendan. Necesito su ayuda. Sirena.
Yo quiero que pongan luz porque me da miedo la oscuridad. Un día en el bus un señor nos dijo vengan acá y nos estaba manoseando todo el cuerpo y lloraba. Una señora le dio con una tabla y logré escapar y cuando yo llego a casa mi mamá y mi papá estaban alegres. Joselín.
Querido Presidente de la República del Ecuador yo aquí le hago una petición. Yo he pasado por muchas cosas horribles en el colegio. A mi los chicos me han querido pegar. Ellos me han manoseado los pechos y me han hecho besar con alguien que no me gusta. Que se elimine el abuso y ya no nos maltrate. Ari.
Quiero tener más derecho a hablar y que me respeten tal como soy y no me maltraten ni abusen de nosotras. Yo quiero que nos oigan cómo nos sentimos y cómo nos pueden ayudar a que haya más derecho a las mujeres. Amarillenta Soleada.
Quiero estudiar para ser presidenta de mi país y terminar con la violencia, y que las niñas y los niños sean felices. Alegría.
Estas pequeñas, pero conmovedoras cartas son un reflejo de la realidad que aunque algo se ha hecho persiste una sociedad indolente e irreflexiva, que abandona y deja de procesar y atender el clamor de este importante sector de la población.
Datos de la ONU, Unicef, el Plan Internacional por ser niña, el INEC, el Observatorio de la Niñez reflejan una realidad lacerante, que no hace mella en todos los sectores. Aumenta la violencia en medio de la desidia general. El 78 % de niñas recibe algún tipo de maltrato en sus hogares. El 41 % en las escuelas. En el hogar afecta al 32 % de niñas de 5 a 17 años frente al 30 % de niños. El 69 % de niñas de 10 a 15 años ha sido víctima de violencia de género, especialmente abuso sexual. En las últimas dos décadas los alumbramientos de adolescentes de 15 a 17 años aumentaron un 81 %. Hay casos de embarazos de 12 y hasta de 10 años. En el 2010 el 30 % de adolescentes mujeres estuvo embarazado. El suicidio es la primera causa de muerte en este sector. Se podría inundar con más datos pero basta. Esto debe conmover y despertar a la sociedad, a las autoridades, a los docentes, a la familia, para preocuparse de lo poco que se ha hecho. De no ser así, el camino puede ser la droga, la violencia y la muerte. Y pensar que la Constitución garantista que le hicieron aprobar al pueblo hace 4 años destina un capítulo a niñas, niños y adolescentes y además existen muchísimas más referencias en otras partes en defensa de este sector vulnerable de la sociedad, pero en la práctica esta es la realidad, inocultable y conmovedora, para vergüenza de todos.