Goles y agua para el mundo, interesante iniciativa por parte de uno de los auspiciantes multinacionales de la Copa Sudáfrica 2010. Ya hacía falta sentir la pasión por el balompié. Cuatro años de espera incluyendo las ilusiones y desilusiones de las eliminatorias y, aunque Ecuador no logró ingresar al campeonato mundial, hoy estamos pegados al televisor y la radio o cualquier información futbolística. Hombres y mujeres, grandes y chicos viven los momentos históricos con efusión.
Estamos futbolizados. Tenemos favoritos y por ellos querríamos ser brujos para adivinar quien se llevará la codiciada copa; intentamos ser calculistas para ver el futuro y los resultados de las finales. Las apuestas corren, las ‘pollas’ secretas y la esperanza de que se hagan realidad. Grupos familiares, de amigos u oficina, todos al tanto compartiendo momentos de alegría.
Sumergidos en la fiebre que ataca a millones, pandemia para la cual no hay vacunas y menos medicinas para los chuchaquis cerveceros o por pérdida del equipo preferido. Altamente contagioso, el virus no discrimina ni le importa edad, sexo o procedencia social. Los fanáticos, claramente afectados, muestran los efectos sin verguenza alguna, vistiendo los colores que imaginan propios, pintándose las caras y gritando como si se jugaran la vida misma. Nada es crítica, admito y sin remordimiento, que sufro de esta enfermedad. Aliviada entonces, me alejo conciente de la política, la economía y los desastres naturales para encontrar que, entre gol y gol, hay conciencia por la conservación de nuestro mundo.
Para gozar del partido inaugural, la prensa fue convidada para además conocer a los afortunados que obtuvieron la tapita premiada que los llevará a presenciar la final en vivo y en directo. The Coca-Cola Company, cuya publicidad es imperativa en los estadios de la FIFA desde 1950, compartió con nosotros, música y bailes oficiales y, no se diga, botellas del mágico líquido para todos los presentes. Aquí viene lo novedoso. La marca internacional va más allá de sólo publicitar para vender sus productos. Es fuerza activa en la conservación del agua en África con una donación de USD30 millones hasta el 2015. Mientras la Fundación Coca-Cola se compromete con proyectos más pequeños pero no menos importantes en Ecuador y tan variados como el páramo en la conservación del agua, la reforestación o las costas de Galápagos, tomando seriamente su responsabilidad de brindar al ecuatoriano capacitación. El mundial no sólo es fútbol sino responsabilidad por el medio ambiente de los países donde la multinacional vende sus productos. Obras que brindan una razón más para contagiarme de la fiebre futbolera. ¡Goles y agua para el mundo!