Cada cual pertenece a su generación, a su tiempo, con sus preocupaciones, vivencias, ideas, espacios de expresión (amigos, asociación, música…) en los que construye sus emociones y visiones, se manifiesta y crea pertenencia a un conjunto de anónimos que se piensa comulgan con uno/a. Hay varias culturas generacionales que se forman simultáneamente, pueden compartir ideas o moda, ‘el aire del tiempo’, pero las diferencias de condiciones sociales originarán distintos individuos.
¿Cómo será la cabeza política de las generaciones jóvenes de mañana? Fuera de la minoría que accede a ideas y análisis que dan más comprensión de la política y de la sociedad, es previsible que la mayoría probablemente comparta unas pocas visiones elementales de lo que acción política quiere decir. El aire del tiempo no está para muchas ideas, las ideologías perdieron terreno y los actores políticos no las tienen, siguen el formato de la TV de más imágenes que ideas y se han contentado de la polarización tan alimentada por Correa. La polarización no exige mucho, tiene la fuerza de apelar a las emociones, si no estás ‘por’, inevitablemente estás ‘contra’, no caben sutilezas ni pensamiento crítico. La polarización se define más por primarias construcciones de pertenencias que por comprensiones o ideas elaboradas.
Imposible no ver que la política ha sido captada por este vacío de ideas o su mínimo y llenada más por imágenes o emociones, en medio de las cuales el Presidente aparece como la gran estrella, el ‘roquero duro’, el que hace y deshace.
El adolescente de 12 a 15 años, si Correa gana, llegará a su edad adulta, con su formación política primera y segunda, con la polarización como referente. Los que entonces estarán en los 30 habrán tenido como principal referente político a una superestrella que entre órdenes dadas en público, a los otros poderes del Estado o a los funcionarios, se imponen y configuran pocas ideas pero ante todo actitudes y comportamientos según los cuales para definir algo es mejor imponerse. Esos jóvenes serán entonces, la mitad del electorado.
En regímenes de polarización, de baja politización para los jóvenes, un político vale porque se impone, es una superestrella como de la TV, un Rambo; cuenta más la postura que las ideas. Esta percepción predominante no repercutirá igual en todos. Bien podrían unos hasta llegar a enfrentarse para defender al que da un bono mayor, otros opuestos con igual emoción expresarán sus convicciones hechas de imágenes .
Vemos cuan importantes son las ideas e ideologías y debate. Los humanos requerimos de infraestructura o pan, pero también de no pocas ideas, significados, y esperanza, no la reducida a simple emoción de tener algo, sino a una con sentido de proyecto, de significados de otro futuro o sociedad. En sociedad lo que se siembra ahora se cosecha mañana.