Gana Perú

Ojalá el nombre del movimiento que llevó a Ollanta Humala al poder sea el destino de Perú en los próximos años. Por ahora, son solo buenos augurios. El inicio de un nuevo Gobierno siempre es un nuevo comienzo que trae esperanza y a veces desazón. Por el lado de la esperanza, este jueves se posesionó un Humala conciliador, no sólo con un proyecto de gobierno sensible a los problemas sociales del Perú, sino también con un Gabinete que representa un espectro bastante amplio de la sociedad peruana. Después de una larga década de crecimiento sostenido, el déficit social podía poner en riesgo todo lo alcanzado. Y si algo ayudó a Humala a ganar las elecciones presidenciales fue precisamente su promesa de crear políticas inclusivas que, como presidente, debe cumplir. Su anuncio de crear un impuesto a la explotación minera y gasífera, puede generar una salida creativa e interesante, que además limitaría las críticas usuales del establecimiento.

En materia internacional, Humala también generó una positiva sorpresa al nombrar a Rafael Racagliolo canciller del Perú. El anuncio es particularmente simbólico por varios motivos. El más importante de ellos es este sociólogo, escritor y periodista se ha dedicado a promocionar la democracia y el diálogo en los países andinos y a trabajar activamente con organizaciones internacionales como IDEA y el National Democratic Institute para promover valores democráticos y una cultura de diálogo en la región. Esto manda un mensaje interno sobre el carácter democrático humalista, pero también externo, en el sentido de abrazar un camino profundamente democrático y concentrado en los problemas de la región. Como dijo el canciller saliente José García Belaúnde: “Humala no pudo hacer mejor elección”.

Esta es una lección para los países de la región. La transición peruana se ha realizado con cordialidad, pero también con mucha generosidad. García Belaúnde ha sido uno de los mejores cancilleres que ha tenido el Perú en los últimos tiempos. En cuatro años ha insertado a su país en los bloques más importantes: la APEC, la Unión Europea, el Medio Oriente y también con Norteamérica. Al mismo tiempo ha tratado a sus vecinos y a sus socios menores con la misma consideración e importancia. Por eso es que la relación con el Ecuador terminó siendo excelente y, a pesar del caso en La Haya, también la relación con Chile. Aun así, tiene las mejores palabras para su sucesor, quien tendrá además la misión de cerrar ese difícil capítulo para el Perú con base en el derecho internacional.

Creo que solo así se puede construir un futuro. Sólo cuando gobiernos de tendencias contrarias y pensamientos diferentes son capaces de entenderse y de tener la mejor disposición para alternar en el poder y conciliar un proyecto de país. Antes fue el tiempo de acumulación y crecimiento. Ahora puede ser la hora de la política social.

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