No pareciera que todos los que habitamos este planeta Tierra estuviéramos desconectados; más bien se podría decir que formamos un entretejido, una urdimbre. En una entrevista que le hiciera la revista Esquire a Bill Clinton, este afirmó: “El mensaje de nuestra campaña del 2008 fue que vivimos en un mundo interconectado, que tenemos que vivir juntos y que tenemos que acercarnos incluso a nuestros adversarios”.
Entre nuestros problemas más importantes está el conflicto en los ámbitos social, político y económico. Estamos viviendo momentos inusitados que nunca pensamos iban a ocurrir. Muchos consideran que es la ocasión de unir esfuerzos y eliminar confrontaciones. Pero las vías reformadoras solo progresan si adelantan todas al unísono. Son vías correlativas, interactivas e interdependientes.
Un automóvil, por ejemplo, no avanza sin gasolina, o sin cauchos, o sin un volante. En el caso de un país, este se construye ladrillo a ladrillo, se desarrolla con el trabajo, la producción, la economía, la construcción, etc. Los cambios o adelantos económicos, políticos, educativos, científicos y sociales están todos relacionados entre sí.
Peter Drucker, considerado por muchos como el padre de la gerencia, señala lo siguiente: Necesitamos al Gobierno como la institución central organizadora en la sociedad. Necesitamos un ente que exprese el deseo, la determinación y una visión común que ayude a cada organización a ejecutar, efectuar, desarrollar su mejor contribución para con la sociedad y los ciudadanos, y también a expresar el deseo común y los valores comunes. El propósito del Gobierno, en otras palabras, es gobernar.
Si bien no es posible predecir el futuro, sí es viable, provechoso y positivo tratar de analizar y prepararnos para eventos de trascendencia. Este es el sentir de los mejores economistas del siglo pasado, Joseph Alois Schumpeter y John Maynard Keynes, a quienes Peter Drucker también consideraba como los mejores en el campo de la economía. No eran antagonistas aunque se desafiaban apasionamientos.
Los puntos de vista de Keynes eran similares a los de los llamados neoconservadores. Su teoría era parecida a la que hoy se denomina del mercado libre, y que recomienda una separación entre las políticas económicas y el Gobierno. Schumpeter, en contraste, tenía ciertas dudas en cuanto al mercado libre aunque no era socialista.
Vivimos ahora en tiempos de metempsicosis debido a los efectos de las crisis económicas, las políticas mundiales, los adelantos científicos y tecnológicos, y la globalización.
Sin embargo, algunos atravesamos caminos difíciles de esperanza en un lugar mágico de adelanto, de creación, de improvisación y de enormes saltos, en el que también se puede soñar con un mundo unipolar, posiblemente hasta que funcione sin piloto.
Ha llegando la hora de avanzar. Es la oportunidad que reclama nuestra atención y concentración. Ya no hay tiempo para otra cosa que no sea trabajar unidos para dejar una herencia a nuestros hijos y construir un gran país. Nuestra meta debe ser lograr la prosperidad y el bienestar general para el mayor número posible de nuestros compatriotas.