La desaparición del avión de Malaysia Airlines, con 239 personas a bordo, cambiará la historia de la aviación, aseguran los expertos de esta industria. No solo se deberán hacer más estrictos los controles a pasajeros y tripulación, sino que el diseño de los aviones deberá cambiar para que la cabina de mando sea menos vulnerable a ataques de terceros o de los propios pilotos.
A raíz del ataque terrorista a las Torres Gemelas, en septiembre de 2001, la industria de la aviación reaccionó con medidas de seguridad mucho más estrictas para los pasajeros solamente.
Una de las medidas adoptadas consistió en que los viajeros deban presentarse al aeropuerto tres horas antes de su vuelo, pues de otra forma no habría tiempo para someter a cada uno de ellos a los múltiples filtros de seguridad que se diseñaron para neutralizar a un posible saboteador.
Esto hizo que un segmento importante del mercado de viajeros optara por medios alternativos de transporte como el tren o incluso el autobús. Las personas con más dinero decidieron contratar jets privados para viajar. (En estos vuelos, el proceso de revisión dura menos porque hay menos pasajeros).
Pero este tipo de medios de transporte funciona para viajes cortos y no para vuelos transoceánicos. La globalización ha hecho que un número cada vez mayor de personas viva y trabaje lejos de su país de origen. Esto ha creado una demanda creciente de personas que necesitan recorrer enormes distancias para hacer negocios o visitar a sus familias.
Por esta razón, la industria de la aviación se había decantado por diseñar aviones cada vez más grandes, no solo para dar cabida a más pasajeros y a su equipaje, sino también para brindarles oportunidades de ocio y diversión.
Analistas de la industria señalaban que para el año 2050 los aviones se convertirían en ‘malls’ con restaurantes y almacenes para los viajeros. La idea detrás de estas iniciativas es obtener dinero de un mercado que durante 15, 18 o 20 horas permanece ‘cautivo’ en una aeronave.
La desaparición del avión de Malaysia Airlines pondrá un alto a todas estas iniciativas que buscaban hacer más rentable la industria de la aviación y exigirá a empresas como Boeing o Airbus invertir aún más en investigación y desarrollo para incrementar la seguridad de sus aeronaves.
Aquello es fácil de decir pero no de hacer. La supervivencia de aquellas empresas depende de que sean capaces de vender cada vez más aviones de forma que su costo medio de producción se reduzca.
Si la desaparición de la aeronave de Malaysia Airlines hiciera que la demanda de este tipo de aviones caiga, el actual modelo de negocios de la aviación estaría en riesgo. Nuevos actores entrarían en escena y otros podrían desaparecer.