Fuga de capitales sin declarar
Los países en desarrollo pueden perder más de un billón de dólares al año, procedentes de delitos y corrupción. Este flujo ilegal va en veloz aumento y ya es 10 veces mayor que el monto total de ayuda extranjera que estas naciones reciben.
Entre 2002 y 2011, los gobiernos del mundo en desarrollo perdieron casi seis billones de dólares, principalmente por la debilidad de las normas y por una pobre gobernabilidad, según Global Financial Integrity (GFI), una organización de vigilancia con sede en Washington.
En sus estimaciones se incluye la riqueza obtenida mediante facturación inexacta o adulterada, sociedades fantasma y paraísos fiscales, entre otros montajes contables.
"Esto suministra evidencias para demostrar que la fuga de capitales ilícitos son el problema económico más devastador para el Sur global", señaló el presidente de GFI, Raymond W. Baker, en la introducción de un informe divulgado el miércoles 11. Los números son "un llamado de atención para que los gobernantes entiendan la urgencia" de abordar este problema, agregó.
Lo preocupante es la velocidad con que está creciendo este negocio.
En 2002, el primer año que analizaron los investigadores de GFI, los flujos financieros ilícitos rondaron los 270 300 millones de dólares. Para 2011, el último año con estimaciones disponibles, habían aumentado a 946 700 millones de dólares. Y han continuado creciendo.
Con un ajuste por la inflación, se percibe un crecimiento promedio de más de 10 % al año. El monto de 2011 constituyó un aumento de 13,7% respecto del de 2010.
"La fuga de capitales ha ido en aumento", dijo Dev Kar, economista jefe de GFI y coautor del nuevo informe, en diálogo con IPS.
"Durante la crisis económica (que comenzó en 2008) se redujeron tanto las importaciones como las exportaciones, pero a medida que se ha recuperado la actividad, también lo han hecho estas salidas de fondos", agregó.
Kar advirtió que las estimaciones de GFI pueden ser conservadoras. Por ejemplo no consideran las transferencias informales de dinero (como la "hawala") ni las grandes transacciones de efectivo, por lo tanto no dan pistas sobre las dimensiones de negocios inmensos como el narcotráfico o el tráfico de personas.
Asia representa alrededor de 40% de las salidas ilegales de fondos procedentes de países en desarrollo. Aunque África constituyó apenas siete por ciento en 2011, el continente tuvo la mayor proporción de flujos ilícitos respecto del producto interno bruto, con alrededor de 5,7%.
Como África también es la región que más depende de la ayuda extranjera, frenar al menos en parte esta fuga de recursos sería clave para incrementar las inversiones públicas de salud, educación e infraestructura.
Instituciones dedicadas a promover el desarrollo empiezan a prestar atención a estas desigualdades. La organización humanitaria Oxfam estima que hay unos 32 billones de dólares en paraísos fiscales de todo el mundo. Si estuvieran gravados, se podrían recaudar casi 190 000 millones de dólares al año.