Este domingo 23 de abril hay elecciones en Francia. De acuerdo a los últimos sondeos, cuatro candidatos tienen opciones reales de pasar a la segunda vuelta: la nacional-populista Marine Le Pen, el conservador François Fillon, el centrista Emmanuel Macron y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
A diferencia de otras ocasiones, el resultado ahora es incierto. Cualquiera de los cuatro puede pasar al balotaje. Según un sondeo del periódico Le Monde y dado a conocer a fines de la semana pasada, Le Pen y Macron obtendrían el 22%. Mélenchon un 20% y Fillon el 19%. Sin embargo, esto podría cambiar en las próximas horas. Todo va a depender de los esfuerzos que hagan cada uno para conquistar el voto de los franceses. En términos generales, se aprecia una leve erosión de las candidaturas de Le Pen y Macron. Se mantiene firme Fillon, mientras que Mélenchon ha tenido un crecimiento significativo.
En el caso de Le Pen, ha hecho una campaña a la defensiva. Ha estado pendiente de responder a los ataques pero no se ha preocupado de plantear propuestas concretas. De este modo, su mensaje no suena novedoso o atractivo.
Macron, exbanquero y exministro del actual presidente, no tiene experiencia electoral. Uno de sus principales problemas es que sus apoyos son volátiles. Sus posturas se ubican en un “centro”, no es ni de izquierda o de derecha sino todo lo contrario. ¿Pueden imaginarse que es esto a la final?
En el caso de Fillon, aunque hasta hace unos meses se daba por sentado su virtual triunfo, las denuncias de contrataciones ficticias a su esposa e hijos en cargos públicos le costaron muchos votos. No obstante, su candidatura sigue firme.
Mélenchon, a más de plantear una campaña singular y novedosa, se vio beneficiado por el “voto útil” de la izquierda que en un principio iba a votar por el socialista Benoit Hamon. En ese sentido, Mélenchon ha suavizado sus partes más complicadas de su personalidad y ha “mejorado” su programa de gobierno. No ha dejado de lado ciertos aspectos centrales de la izquierda tradicional pero ha propuesto algo más sobre economía, trabajo y Europa. Una propuesta transversal con ribetes patrióticos y populares, muy cercanos a los postulados de Podemos en España. Algunos más críticos, de Chávez de Venezuela.
No obstante, da la impresión que ninguno de los candidatos está logrando llenar plenamente el sentimiento de insatisfacción de los franceses. No hablo solamente del malestar en torno del proyecto Europeo sino de aspectos internos: el estancamiento económico, el desempleo, alto endeudamiento, inmigración, entre otros.
Así están las cosas. Veamos entonces cual es el derrotero que toma Francia este domingo. ¿Es la hora del nacional-populismo de Le Pen? ¿Del hábil centrista Emmanuel Macron? ¿Del cuestionado François Fillon? ¿O del populismo de izquierda de Jean-Luc Mélenchon?