Un caso de la vida real. Ocurrió el lunes 8 de febrero, uno de los dos feriados por Carnaval. Acudí a un supermercado y, al ver que otros compradores llevaban en sus coches botellas de vino y cerveza, pregunté a la cajera que cómo así se podía adquirir esos productos si hoy es feriado. Muy amablemente me informó que “hoy no hay problema, pero mañana martes (último día de Carnaval) no se puede vender licor” porque es considerado como si fuera día feriado, similar al domingo. Explicó con mucha naturalidad que “ayer no se vendió licor porque era domingo”. Sí, le dije, pero mañana no es domingo, es martes. Sí, insistió, pero es considerado como domingo.
Una persona muy cercana al Gobierno, cuyo nombre me reservo, me explicó que “toda prohibición debe estar en las leyes, ese Acuerdo Ministerial (mediante el cual se prohíbe la venta de licor los domingos) es contrario a la Constitución y, según su comentario, a la filosofía de la democracia”. El reglamento se dictó en junio del 2010 y ha sufrido algunas modificaciones.
Los cambios básicos se refieren a los límites de horarios de venta en bares y discotecas; incluso en los estadios se permite la venta de cerveza los domingos, pero las tiendas y los supermercados no pueden, ni siquiera una mínima cantidad, que a veces es necesaria para sazonar algún ingrediente o acompañar una comida. Pero en un restaurante sí puedo consumir una cerveza o una botella de vino; entonces, ¿por qué no lo puedo hacer durante el almuerzo en mi casa? Trato de armarme de paciencia y de entender, pero no, es demasiado inverosímil, es un caso de la vida real.
Cuando se emitió el decreto se argumentó que el consumo de alcohol representa un índice de violencia alto, esto quiere decir que si consumo en un restaurante, local de comida rápida o cafetería no me vuelve violento, pero si lo compro en un supermercado o tienda y lo bebo en mi casa sí me convierte en una persona violenta. No sé si el criterio para emitir ese reglamento tiene algún respaldo científico, de algún psiquiatra, sociólogo, antropólogo, etc.
Cuando se emitió el reglamento de marras se argumentaba que el 10% de homicidios cometidos en el país tienen relación con el consumo de alcohol. Hay que anotar que, según la Organización Mundial de la Salud, no existe una relación entre el consumo de alcohol y la delincuencia. Algunos datos del 2010: En Australia e Inglaterra, el consumo de alcohol por persona al año es de 9 y 10 litros, respectivamente, y se registra un homicidio por cada 100 000 habitantes. En Colombia, el consumo es de 6 litros y 36 homicidios y en Ecuador 4 litros (otra estadística dice 7,2) y 19 homicidios. Lo que sí es fatal es consumir alcohol y conducir un carro, no solo los domingos sino toda la semana, lo hayas comprado en un restaurante o en el supermercado.