La gente del gobierno de Correa nos quiere hacer creer que “tuvieron que endeudarse” porque, pobrecitos, se les cayó el precio del petróleo. Falso. Totalmente falso. Cuando el precio era alto, también se endeudaron. Y lo hicieron porque no sabían qué hacer para que crezca la economía y sólo se les ocurrió meter más y más gasto público.
En enero 2007, al inicio del gobierno de Correa, la deuda pública (calculada correctamente) era de USD 13 427 millones. Luego de una bajada y una subida, para septiembre 2011 estaba en casi el mismo nivel (USD 13 136); luego ocurrió una tragedia, algo que iba a cambiar el destino del Ecuador y que condenaba al fracaso a esa burbuja basada en el dispendio: el precio del petróleo dejó de subir.
El precio del barril había venido creciendo desde el año 2005 y, luego de superar un disparo en el 2008 y una corta pero violenta caída en el 2009, se recuperó hasta abril del 2011, fecha a partir de la cual se estabilizó en el altísimo valor de USD 100 por barril.
Seis meses más tarde, en septiembre de 2011 el gobierno tomó conciencia de lo que podía ser un desastre, cuando constató que, básicamente, llevaba un semestre sin que sus ingresos subieran. Algo que para casi cualquier gobierno en casi cualquier parte del mundo es una suerte (tener ingresos estables), para los refundadores patrios era un desastre, porque luego de haber ahuyentado la inversión privada, la única manera de hacer crecer a la economía era tener un gasto creciente. No bastaba tener un gasto altísimo, era necesario que el gasto fuera cada vez mayor.
Pero por más alto que fuera el precio del barril, si se estancaba, dejaba de ser una herramienta para la expansión fiscal. Por lo tanto, era necesario encontrar otra fuente de dinero y ese fue el momento en que se lanzaron a endeudarse.
La desesperación por gastar fue tal, que entre octubre 2011 y octubre 2014 la deuda se duplicó y llegó a USD 28 004 millones. Y si se analiza ese período es porque durante todo ese tiempo el barril se mantuvo alto y recién empezó a caer a fines de 2014. O sea, también se endeudaron en las épocas de precios altos.
Claro, eran precios altos pero estables que financiaban un gasto alto, pero estable. Y su modelo económico era tan endeble que no podía vivir sin un gasto creciente.
El endeudamiento no fue para salvar el país de una sorpresiva caída del precio del petróleo, porque arrancó tres años antes de que su precio caiga. Y tampoco es que la caída fue “sorpresiva” pues cualquier persona que haya observado los precios del crudo sabe que son muy volátiles y que es necesario ahorrar para salvarse de sus oscilaciones.
Pero claro, ahorrar era un pecado y endeudarse era bueno, incluso con precios altos del petróleo. Farrear era bueno, pero algún día se paga la farra.