En junio de 1970 Velasco Ibarra inició el período dictatorial más largo del siglo XX que duró hasta 1979. Desplazado del poder en febrero de 1972 por altos mandos de las Fuerzas Armadas estos completaron el ciclo sin Asamblea Constituyente. Volvió el régimen de derecho cuando en una consulta directa- referéndum ganó un texto llamado “la Nueva Constitución” con el 43% de votos por sobre el 34% que tuvo el texto reformado de la Constitución de 1945. Esa Constitución de 1978 abrió el camino a la 2ª. vuelta porque las elecciones presidenciales se ganarían con el 50% de votos, y esta modalidad cumple 35 años. Además, al suprimir la Cámara del Senado se practicó la soberanía en un Congreso Unicameral hasta ahora vigente como Asamblea.
Algo de historia para comprender aquel cambio sustancial. Hasta esa reforma la Presidencia de la República se ganaba por mayoría simple. Desde 1948, el mes de junio de cada cuatro años se realizaban las elecciones, y el 10 de agosto asumía el poder el triunfador en acto solemne. Ese año, Galo Plaza Lasso alcanzó el 42,2% de votos; en 1952, Velasco el 43%, en 1956 Camilo Ponce el 29%, en 1960 vuelve Velasco y obtiene el 48,7, y en 1968 triunfa Velasco con 32,8 sobre Andrés F. Córdova con 31% y Camilo Ponce Enríquez con 30,5. Esta polarización entre populismo, liberalismo y conservadorismo podría ser el fundamento para determinar en 1978 el cambio: la Presidencia se ganaría con mayoría absoluta.
El 16 de julio-78 los candidatos no alcanzaron el 50%, los dos binomios de más votos estrenaron la 2ª. vuelta en abril de 1979. Obtuvo el 61% Jaime Roldós Aguilera con Osvaldo Hurtado Larrea y perdió Sixto Durán Ballén que tuvo el 28%. El último beneficiario el 2006 es Rafael Correa sobre Álvaro Noboa.
Desde hace 35 años siempre ha sido necesaria la 2ª. vuelta porque ningún candidato logró captar más del 50% de votos; por eso, los eventos definitorios de dos vueltas han sido normales hasta Montecristi que permitió la reelección inmediata. Dicha voluminosa Constitución al permitir reelegirse convirtió al Presidente en candidato que ha usado este privilegio desde el poder absoluto construido en 6 años, para ir a la 3ª. elección. Al cambiar del 50% de votos al 40% destruyó la mayoría absoluta que fue la razón fundamental para terminar la elección de mayoría simple, abierta a candidatos iguales y sin gastos cuantiosos de propaganda; esto es antidemocrático, y más aún sacar de contienda a los votos nulos y blancos que expresan oposición, sea al sistema o a todos los candidatos.
A cinco días laborables para “darle vida al voto” los resultados son impredecibles por dos elementos: a) no alcanzará el Presidente-candidato el 40% como afirma Antonio Tramontana en una entrevista a Radio Democracia de 23 de enero que tiene el 35%; y, b) si hay esa tendencia a bajar puntos, la incógnita es ¿quiénes irán al 2º y 3º lugares?