El espionaje y el poder

¿Habrán surgido en la alborada de las sociedades humanas sedentarias? Tal vez sí, porque quienes estaban en la cúspide de aquellos grupos iniciales de vida comunitaria, instintivamente requerían un entorno seguro para ejercer su rudimentario poder, y la necesidad de saber cuáles eran sus vecindades grupales. Ellos abrieron camino al espionaje como acción de acechar u observar sigilosamente. Grecia y el Imperio romano utilizaron el espionaje para su expansión territorial a través de las acciones de guerra. Lo mismo podemos decir, respecto a la Alemania hitleriana y a la Italia de Mussolini con elementos más ideológicos de tipo político que llevaron a la II Guerra Mundial. En las primeras décadas del siglo XX el periodista inglés Ian Fleming, corresponsal en Moscú y luego en Shangai con la agencia Reuters, a su regreso a Londres en 1952, creó un personaje novelesco de espionaje: James Bond.

El escritor afirma que esta obra de ficción la hizo en siete semanas y la tituló Casino Royale, que sin avanzar al campo político, abrió el mercado a sus otros libros. Otra novela impactante fue "From Rusia with love". Antes de morir en 1954, a los 56 años, se habían vendido 40 millones de ejemplares, y James Bond fue inmortalizado como detective seductor de mujeres ávidas de intimidad. Otro famoso detective inglés fue Sherlock Holmes creado por Conan Doyle.

Las fabulosas acciones de espionaje de estos dos detectives sepultaron el nombre de sus autores. En la misma época, en París, surgió a la escena como bailarina la holandesa Margarita Zelle, mundialmente conocida como Mata Hari, que en hindú significa "ojo del amanecer" para dar valor a sus danzas sagradas orientales y crear el estilo de desnudarse en público Entre sus amantes se destacan un príncipe de Alemania, otro de Mónaco, el barón de Rothschild, el escritor Marcel Proust.

Al inicio de la I Guerra Mundial en 1914 actuaba en Berlín. Era amante del Jefe policial. En Amsterdam fue la agente H-21 para pasar información militar francesa a Alemania, a través de su intimidad con el cónsul alemán. También lo hizo con el capitán ruso Masslofff. Mata Hari, explicó su baile deslumbrante de cuerpo flexible: "La danza es un poema, en el que cada movimiento es una palabra". Los servicios secretos franceses e ingleses sospecharon, y un consejo de guerra francés la condenó a muerte, fusilándola en 1917.

Pero el caso más reciente es el de la inglesa Christine Keeler con el espía soviético Eugene Ivanov, agregado naval en Londres quien la presionó para que conquistara a Jack Profumo, Ministro de Guerra inglés, y así obtener información secreta sobre el movimiento de misiles estadounidenses en Alemania Occidental y su logística. Al descubrirse en misivas, dicha intimidad, que revelaban esa seducción, dimitió el cargo ante la presión de la prensa.

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