La torpe operación de bloqueo al tránsito del avión del Presidente boliviano realizada por algunos gobiernos europeos despertó el rechazo general y la ira de los nacionalismos latinoamericanistas. No se hizo esperar la reacción de los presidentes más connotados por su radicalismo verbal; su objetivo, proyectar la imagen de una América Latina unida contra las fuerzas imperiales y coloniales que la acechan. Parecería que la torpeza de los Estados europeos termina por azuzar lógicas que se creían superadas y que giran en torno al obsoleto registro de los enfrentamientos entre bloques geopolíticos alineados a ideologías contrapuestas, propio del sistema de la Guerra Fría. El affaire Snowden parecería reeditar esa lógica. El espionaje y el acceso a la información de Estado del adversario fue el principal instrumento con que los Estados protegían y expandían su soberanía en el enfrentamiento potencial o real con otros Estados. La sospecha de que en el avión boliviano se escondía el espía mas buscado desató este tipo de tensiones.
Pero, contradiciendo esta lógica, el caso Snowden revela condiciones de complejidad muy diferentes en las relaciones sociopolíticas contemporáneas, que no pueden reducirse a la situación de los enfrentamientos interestatales. La figura de Snowden no es la de un espía que está al servicio de un Estado enemigo, es la revelación de una nueva figura que emerge en las lógicas de la política contemporánea; un filtrador de información cuya motivación responde a la percepción de que las libertades de los ciudadanos han sido o pueden ser violadas; su operación nada tiene que ver con las habilidades artesanales del espía que lograba infiltrase en las filas del enemigo y extraer información estratégica, lo de Snowden revela la capacidad de interpenetración ofrecida por las actuales tecnologías de información.
El caso Snowden pone en evidencia las contradicciones propias de la sociedad de la información generalizada. Los individuos demandan cada vez de mejores tecnologías para comunicarse, construyen la realidad sobre la circulación de informaciones, pueden mostrar su información de manera más abierta; de igual forma, los Estados pueden penetrar en la información de sus ciudadanos. Esta operación de observación puede, a su vez, ser observada por hackers o por quienes denuncian la operación que realizan los Estados sobre sus ciudadanos.
El caso Snowden advierte sobre la contingencia y vulnerabilidad en la cual se reproducen las sociedades de la información generalizada, una complejidad que exige de conceptos y aprestamientos institucionales, que no pueden reducirse a las salidas simplistas que explican el fenómeno como operación de espionaje a la integridad de los Estados y sobre la cual hay que extremar los procedimientos de vigilancia y control.