Este es el momento más difícil de la sociedad civil del Ecuador en 90 años. Al 2016 las organizaciones sociales están seriamente debilitadas y divididas, frente a un Estado, a un Ejecutivo, que ha acumulado todos los poderes.
En los primeros 50 años del siglo XX, de cara a la modernidad capitalista, el Estado Nacional se consolidó. Logró desatarse del tutelaje de la Iglesia y controló casi todo el espacio nacional. En simultáneo, las organizaciones de la sociedad emergen, rompiendo, con timidez, las añejas relaciones estamentales. La revolución juliana de 1925, aceleró los procesos de fortalecimiento del Estado y de la sociedad civil. Fueron varios lustros en los que se puso de moda lo social, “lo obrero”, especialmente.
Desde las primeras décadas del siglo XX florecieron en Quito y Guayaquil las primeras organizaciones “obreras”, gremios artesanales. Desde los años treinta aparecieron y se multiplican los sindicatos. En 1938, con gran auspicio de la Iglesia, se fundó una organización nacional de obreros católicos, la CEDOC. En 1944 se fundó la organización nacional de obreros, con orientación e inspiración socialista y comunista, la Confederación de Trabajadores del Ecuador CTE.
Fue en gran momento no solo para los trabajadores. Lo fue también para los estudiantes, los intelectuales y maestros. Años de lucha, fueron condensados por La Gloriosa en 1944. Se fundaron la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador FEUE, la Casa de la Cultura y la Unión Nacional de Educadores UNE.
Así, los actores sociales, tuvieron mejores instrumentos para defender sus intereses e incidir en la política nacional para el desarrollo de la economía, y la mayor democratización. Estudiantes y obreros, junto con campesinos y maestros tuvieron hasta los 80 roles protagónicos, cada uno, en diferentes décadas. Desde los 90, el movimiento indígena lideró las fuerzas de la sociedad.
Los avances por la justicia social y la democracia en el Ecuador, no se explican sin la intervención de políticos, civiles y militares, progresistas y, sobre todo, sin la permanente movilización de las agrupaciones sociales, cuya organización y dirigentes soportaron clausuras, carcelazos y persecución.
Desde el 2007, lo conseguido por sociedad civil en décadas, se deteriora. Un Estado autoritario quiere consolidarse. En estos días, a la Unión Nacional de Educadores, UNE, le toca el turno de vivir el acoso estatal.
Sin embargo, la consciencia histórica democrática de este pueblo liquidará al proyecto autoritario.Toda organización social, con sus aciertos y errores, tiene derecho a vivir. El próximo gobierno crear condiciones para retejer la organización social y colocar al Estado en las dimensiones adecuadas, para recuperar el equilibrio, Sociedad-Estado, condición sustantiva de la democracia.