Queremos enmiendas

Los ciudadanos claman: ¡queremos enmiendas! y los políticos, los trabajadores, los empresarios, los ecologistas, todos claman por enmiendas; pero no enmiendas a la Constitución sino enmiendas del modelo económico, de la administración de justicia, de la organización electoral, de la política internacional.

Enmiendas del modelo económico para que el Gobierno modere el gasto y rebaje la ansiedad de recursos apelando a impuestos, endeudamiento, confiscaciones. La historieta de que los impuestos no afectarán a los pobres solo se la creen los gobernantes. Todos los demás saben que los impuestos a las empresas, por la ley de la gravedad, bajan por la vía de los precios hasta los más bajos niveles de la sociedad.

Las enmiendas del modelo económico son necesarias para sostener la dolarización que ha evitado la erosión de los salarios; para poner de vuelta el país en el mercado internacional; para atraer inversión que genere empleo y rehabilite la producción.

El país clama por enmiendas en la administración de justicia para que reconquiste la confianza del ciudadano en el valor de la ley. Para evitar que los juicios promovidos desde el oficialismo avancen con prisas desmedidas mientras para los ciudadanos comunes continúa la pereza y la indolencia judiciales. Para evitar bochornos como el juicio de los guerrilleros a los militares.

Los partidos políticos claman por enmiendas en la organización electoral para que la democracia alcance estándares mínimos. Deshonra al Consejo Nacional Electoral que los partidos políticos alcancen, como único acuerdo posible, exigir transparencia en el proceso electoral, desde la depuración del padrón hasta el conteo de los votos y la proclamación de los resultados. Significa que la desconfianza en el Consejo es generalizada.

La solicitud de enmiendas en política exterior pretende poner fin a una conducta irreverente y ofensiva que ha echado del país a representantes de gobiernos, organismos internacionales, y organizaciones de la sociedad civil; que ha cancelado convenios, ha incumplido tratados y acuerdos, aislando al país de la comunidad internacional. El acuerdo con Europa exige también enmendar la posición dubitativa que pone en riesgo las exportaciones al Viejo Continente.

En lugar de aprobar enmiendas constitucionales aprovechando una mayoría legislativa sumisa, solicitan al Gobierno, desde distintos sectores de la sociedad, que se empeñen en las enmiendas propuestas para salir de la crisis a la que nos ha conducido el modelo económico.

Cuando se acerca el segundo debate sobre la reelección indefinida y otras reformas a la Constitución, ha vuelto a las calles la protesta y los asambleístas se aprestan a refugiarse en Montecristi, no para ampliar derechos de la ciudadanía, como dicen ahora diputados oficialistas, sino para ampliarse derechos para ellos mismos.

Suplementos digitales