La noción difundida a escala nacional fue que, a través de las enmiendas, se abriría el camino seguro por el cual transitaría la reelección presidencial inmediata y para tiempo indefinido, en beneficio del correísmo. Este objetivo se encontraba oculto en la propuesta legislativa, respaldada abiertamente por una resolución de la Corte Constitucional.
Lo que nunca creímos es que saliera al escenario nacional con la prontitud que ya lo ha hecho; lo cual confirma que hay inseguridad en el poder absoluto, y este ámbito revela que cada vez hay menos respaldo de las bases populares ecuatorianas orgánicas o espontáneas.
A mediados de septiembre-2015, y coincidente con la movilización opositora convocada para el día 16, las enmiendas han vuelto a ocupar lugar predominante en la escena política, lo cual demuestra que, una vez más las apariencias engañan y esa “joya de la corona de la revolución ciudadana” proceso que, afirman vivimos intensamente, ha retornado con urgencia según las declaraciones de la Presidenta de la Asamblea Nacional, en entrevistas a la TV privada. Además, anuncia que serán tramitadas, una vez que ya han sido cálidamente exhibidas y debatidas a lo largo y ancho del país, y que tienen ese respaldo ciudadano. No apoya sus afirmaciones en ningún porcentaje de encuestas, porque estas no se han realizado.
En la lista de enmiendas ocupa el primer lugar, la reelección presidencial inmediata, cual si fuera un diamante de ese collar, más bien diríamos, que lleva el sello de una presidencia vitalicia; claro está, si el voto popular del 2017 lo confirma en amplia mayoría de sufragios.
Poca importancia le otorga el poder absoluto al hecho gravísimo que tiene esa enmienda violatoria del acápite 2 del art. 144 de la Constitución: “El Presidente de la República permanecerá 4 años en sus funciones y podrá ser reelecto por una sola vez”, condición bien clara que ya ha cumplido el ciudadano Presidente, lo cual le impide presentar su candidatura.
La Corte Constitucional, el 31 de octubre-2014, en vísperas del Día de Difuntos, aprobó dicho trámite, que para una mayoría ciudadana habrá sido uno más de los episodios fúnebres violatorios de textos constitucionales. En el Dictamen oculta la flagrante violación, al calificarle como “simple enmienda” a tramitarse por la Asamblea Nacional, y le advierte que deberá informarle sobre cualquier resolución en torno a este asunto.
Por lo analizado, en los próximos 90 días, estará aprobada esa supuesta enmienda atentatoria a la estabilidad política. Anticipándose a este hecho final, las fuerzas contrarias al correísmo ya advierten que seguirán en la lucha para que sean archivadas definitivamente; y a la cabeza de esos movimientos están las más fuertes organizaciones indígenas, como la Conaie y Ecuarunari a las cuales se ha sumado el movimiento Creo. Todas proponen que la única vía legal es la convocatoria a una consulta popular.