La censura a las artes resucita en Brasil

No es aún política oficial porque la censura no es asumida abiertamente por las actuales autoridades, pero se multiplican los vetos de facto a manifestaciones artísticas por presiones moralistas en Brasil. La ofensiva afecta el mundo artístico en general, no solo a los espectáculos o muestras canceladas directamente en los últimos meses.

La oleada represiva se hizo dramática a partir de septiembre, cuando el centro Santander Cultural canceló la muestra “QueerMuseu, Cartografías de la diferencia en el arte brasileño” un mes antes de su clausura, tras acusaciones de promover pedofilia y zoofilia y practicar blasfemias. La muestra, con 264 obras de pintura, dibujo, escultura y otras artes plásticas de 85 artistas brasileños, se inauguró el 15 de agosto y tenía su clausura prevista el 8 de octubre, en Porto Alegre, capital del meridional estado de Rio Grande do Sul. Una campaña por las redes sociales, impulsada por el Movimiento Brasil Libre (MBL), diseminó rechazos y críticas por internet. El MBL tiene posiciones radicales contra derechos sociales, como el de la vivienda, así sean constitucionales, mientras en el plano político respalda a candidatos de derecha extrema.

El Banco Santander decidió poner fin a la muestra en su sede cultural porque “fue considerada ofensiva por algunas personas y grupos” que identificaron “falta de respeto a símbolos y creencias en la muestra”, según su “mensaje a los clientes” para explicar la medida. Protestas de artistas, intelectuales y de movimientos de la diversidad sexual acusaron a la entidad española de ejercer la censura, al ceder a acusaciones contra algunas obras que ya son conocidas hace décadas. La defensa y las explicaciones no evitaron que la muestra fuese también cancelada en Río de Janeiro, donde iba a exponerse en octubre.

El brote moralista recibió más combustible en la metrópoli sureña de São Paulo, donde el Museo de Arte Moderno inauguró su 35 Panorama del Arte Brasileña con una performance de un artista desnudo.

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