Hoy los catalanes van a las urnas en elecciones autonómicas y miden fuerzas para la configuración del parlamento local. El telón de fondo: el debate sobre la independencia de España.
La independencia de España, bajo cuyo concepto ha estado ha crecido y se ha desarrollado Catalunya, como varios prefieren, ha ocultado otros de los temas claves.
Este es el prólogo de aquella que cambiará la correlación de fuerzas en el parlamento español donde se definirá el futuro de España y se elegirá la fuerza que asuma la presidencia del Gobierno que suceda a Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP).
Esa es una de las razones que explican que no solo el presidente del Gobierno actual sino los aspirantes a sustituirle se hayan involucrado tanto en la campaña catalana.
Los comentaristas explican la prelación del tema de la independencia que divide en dos a los votantes en la Comunidad Autónoma en el desesperado intento del líder de Convergencia, Arturo Mas, por tapar los escándalos de corrupción y el bochorno de los dineros de Jordi Pujol (+) con depósitos millonarios, y a buen recaudo en Andorra.
Juntos por la independencia une bajo un solo propósito al agua y el aceite. Convergencia ha sido de centro derecha y lo curioso es que su comportamiento político durante todos estos años de democracia parlamentaria fue juntar sus votos y propiciar la mayoría que requirieron los partidos españoles mayoritarios: PSOE y PP.
Una bisagra acomodaticia a sus intereses y a las necesidades de los grandes partidos españoles.
Con la causa independentista está Ezquerra Republicana de Cataluña.
La pregunta es cómo resolverán, más allá de la idea separatista los otros temas que los enfrentan.
Quedan 18 meses, si ganan sus tesis, para forzar la separación y muchas preguntas como enfrentar su salida de la Unión Europea.
Aunque parezca nimio, el Barcelona quedará fuera de la Liga Española de Fútbol y no se sabe cómo aspirará a su Champions League, pero esa es otra historia…