Las elecciones municipales del domingo 28 en Chile son las de mayor abstención en décadas y marcan el inicio de un cambio inevitable en las relaciones entre política y movimientos sociales.
Esto se debe a que el movimiento estudiantil tuvo un rol ‘fundamental’ en el resultado de los comicios, según fuentes expertas y activistas. El estreno del voto voluntario en Chile afectó a todas las fuerzas políticas con una abstención de 59,1%: siete de los 13,4 millones de habilitados para sufragar decidieron no participar en la jornada electoral.
Solo 5,48 millones concurrieron a las urnas en un país que tiene 16,5 millones de habitantes. La abstención superó ampliamente al 42% de las elecciones de 2008 y al 38% de 2004.
El gobierno del derechista Sebastián Piñera esperaba festejar el triunfo de sus candidatos en las y el éxito del nuevo sistema de votación que su sector impulsó.
Pero el oficialismo perdió en comunas (distritos municipales) emblemáticas y la opositora y centroizquierdista Concertación se alzó como triunfadora.
El Gobierno perdió la emblemática comuna de Santiago, que dominaba desde 2000, y Carolina Tohá, que fue portavoz de la ex presidenta socialista Michelle Bachelet (2006-2010), se impuso a Pablo Zalaquett, que aspiraba a la reelección como Alcalde. La disputa de Santiago era vista como una suerte de termómetro de las aspiraciones presidenciales de oposición y Gobierno con miras a los comicios del próximo año.
También fue dolorosa la derrota en la acomodada comuna de Providencia, al oriente de Santiago, donde el coronel retirado Cristián Labbé, ex agente de la Policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cayó ante la socióloga independiente Josefa Errázuriz.
La Alcaldesa electa generó un movimiento ciudadano impulsado por ex dirigentes del movimiento estudiantil, que logró sacar a Labbé de una comuna que manejaba férreamente. Labbé se enfrentó a los vecinos con controvertidos homenajes a ex torturadores condenados y reprimió protestas estudiantiles, canceló matrículas e impidió que jóvenes que vivían fuera de la zona accedieran a los privilegiados establecimientos educativos municipales de Providencia.
Algo similar pasó en la comuna de Ñuñoa, también al oriente de Santiago, donde Maya Fernández Allende, nieta del ex presidente Salvador Allende, peleó voto a voto al derechista Pedro Sabat, a quien las encuestas pronosticaban una holgada reelección tras 12 años de gestión. Finalmente Fernández Allende ganó por 92 sufragios.
Sabat también actuó contra las manifestaciones estudiantiles de 2011 y este año acusó a niñas de un colegio que estaba ocupado de usar el establecimiento para ejercer la prostitución.