En mi editorial “¿Y los líderes?” del 10/09/09, manifesté que ciertos presidentes de las cámaras de la Producción, quienes deberían ser los líderes de los empresarios, no opinan (sobre temas trascendentales para sus afiliados), por temor al SRI o porque están dedicados a defender sus negocios y los de sus socios, o a rescatar las empresas que administran para sus verdaderos accionistas, por lo que muy pocos empresarios se identifican con ellos; y que en el pasado, ante situaciones como la actual, las cámaras hacían sentir el peso de su apoyo y respaldo al empresario privado.
Espero que Eduardo Peña, quien acaba de ser elegido presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) con una estrecha diferencia del 0,617% de los 3 100 votos válidos, proporcione ese respaldo.
En esa última elección, quedó establecido lo siguiente:
• Que los grandes grupos económicos siguen controlando esa Cámara.
• Que ha sido muy mal vista la directa intervención de su Presidenta en la campaña electoral del binomio ganador, quien inclusive llevó a este de la mano hasta donde el Alcalde de la ciudad, y logró que la foto en la que se deja constancia de esa visita sea publicada por un importante Diario de Guayaquil, convirtiendo así a un asunto gremial, en uno político.
• Que el 49,383% de los votantes exigen un cambio radical en la conducción de la CCG, quienes no se sienten representados por sus actuales directivos.
• Que la publicidad engañosa (se publicó una encuesta avalada por un “call center” de un conocido publicista guayaquileño, en la que se advirtió el triunfo del binomio ganador de 3 a 1, cuando este sólo obtuvo 19 votos de ventaja) da resultados, pero que esta debería ser sancionada por la autoridad y desterrada de toda contienda electoral.
• Que los medios de comunicación colectiva también juegan un papel importante en toda elección, y que algunos, dependiendo de quienes sean los anunciantes que forman parte de una lista, favorecen a uno o a otro candidato.
• Que un buen candidato, desconocido públicamente por muchos, con un buen binomio y un buen equipo, puede inclusive llegar a ganar una elección.
• Que la caballerosidad de los candidatos, en cualquier elección, es imprescindible para zanjar diferencias.
• Que en los reglamentos de elecciones tiene que quedar claramente establecido el mecanismo para impugnar o no una elección, el cual debe ser lo más práctico posible.
• Que el proceso electoral no puede ser administrado y controlado por la institución que convoca a elecciones ni por sus empleados, por obvias razones, y peor aún, si quien dirige el gremio forma parte de una lista, por la que ha hecho campaña política.
Esperemos que Eduardo Peña y su Directorio, tengan éxito.