El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el único organismo internacional facultado para declarar la guerra y la paz, sigue siendo un testigo mudo de la devastación y las masacres que se producen en Palestina, Siria, Iraq, Libia, Yemen y Ucrania, entre otros territorios.
El Consejo, fuertemente dividido, observó en los últimos meses la masacre de palestinos por parte de Israel, el genocidio y los crímenes de guerra en Siria, la intervención militar de Rusia en Ucrania y los ataques militares de Estados Unidos en Iraq.
Ahora se prepara para la inminente invasión de Siria, si el presidente estadounidense Barack Obama cumple la amenaza de atacar por vía aérea a la insurgencia extremista del Estado Islámico (EI).
Estados Unidos se niega a solicitar la autorización y legitimidad del Consejo de Seguridad, aunque eso signifique el veto de Rusia o China.
Los cinco miembros permanentes con derecho a veto del Consejo son China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
Sin embargo, y paradójicamente, Obama tiene previsto presidir una sesión del Consejo cuando el Mandatario esté en Nueva York, a fines de septiembre, dado que Estados Unidos ocupa la actual Presidencia del organismo en virtud de su rotación geográfica entre los 15 miembros.
No es habitual que un jefe de Estado o de Gobierno lidere una sesión del Consejo de Seguridad, pero a veces ocurre cuando un país miembro ocupa la Presidencia del organismo en el mes de septiembre, durante la apertura de un nuevo período de sesiones de la Asamblea General, con la presencia de más de 150 gobernantes.
“Voy a presidir una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU para movilizar a la comunidad internacional en torno a este esfuerzo… para degradar y destruir” al EI, anunció Obama en un discurso televisado el miércoles 10. No obstante, la ofensiva propuesta en Siria no integra el orden del día del Consejo, y ciertamente no durante la presidencia de Estados Unidos.
El Estado Islámico es una amenaza regional que en última instancia podría llegar a Estados Unidos, lo que justifica el ataque inminente, dijo Obama.“De ser un instrumento para evitar o restringir la guerra la ONU pasó a ser una institución quejumbrosa, con su Consejo de Seguridad dominado por superpotencias, más que nada por Estados Unidos en conjunto con sus aliados entre los miembros permanentes”, sostuvo Norman Solomon, director del Instituto para la Precisión Pública. Antes los presidentes de Estados Unidos guardaban las apariencias y solicitaban la aprobación del Consejo de Seguridad para ir a la guerra, pero eso es poco común, añadió. “Cuando no tiene la capacidad para conseguir lo que quiere con una resolución no vetada en el Consejo de Seguridad para sus fines bélicos, el gobierno de Estados Unidos simplemente procede como si la ONU no tuviera una existencia significativa”, según Solomon.