Es increíble, pero cierto. En un gobierno que se propone rescatar la idea de Patria, revalorizar lo nacional, defender la ecuatorianidad, el documento general de propuesta nuevo bachillerato del Ministerio de Educación no incluye ni una sola vez la palabra “patria”, ni patriotismo. No se refiere a los valores nacionales.
Respeta la existencia de la Educación Ciudadana, que hemos venido rescatando por más de una década, pero el contenido propuesto es deplorable. Se dice que el ‘buen vivir’ es un nuevo paradigma, pero se lo transforma en un contenido curricular ambiguo, concebido desde una perspectiva desarrollista y conservadora. Se postula una sociedad sin conflictos sociales, sin pobreza ni exclusión.
Se menciona a ‘estudiosos’ de los procesos históricos y del pensamiento de América Latina, pero el currículum no incluye nada de eso, ni de Bolívar, Martí, Montalvo o Alfaro. Se mezcla el buen vivir con un ‘ethos barroco’ traído de los cabellos, pero no se trata de entender al Ecuador con sus diversidades, sus raíces y conflictos. No hay esfuerzo sistemático por entender la Nación Ecuatoriana, los elementos del Proyecto Nacional, la unidad del país, la ecuatorianidad, sus símbolos y expresiones.
Hay varias divagaciones sobre Educación para la ciudadanía, pero no se propone su estudio o el de los derechos y su protección. Tampoco se estudia la sociedad o el estado ecuatorianos, con su papel en el mundo actual. De nuevo parece increíble, pero no se menciona siquiera a los procesos de integración en que el país está comprometido. Parecería elemental que un estudio de cívica debería incluir la Integración Andina y Sudamericana.
Con una confusa intención multidisciplinaria se entrevera diversas disciplinas, se mezcla Física con Química e impone una amalgama informe bajo el rótulo de ‘Ciencias Sociales’ eliminando la Geografía e Historia del Ecuador. En propuestas previas de reforma curricular se incluía asignaturas sobre Realidad Ecuatoriana y Latinoamericana. El documento ministerial las elimina. Tampoco hay Educación Ambiental como asignatura. Aparte de una corta frase, no hay conservación del patrimonio, calentamiento global o energías alternativas. El respeto a la Pacha Mama o Madre Tierra está ausente.
Esto sucede porque se ha entregado el desarrollo de los contenidos educativos a presuntos ‘técnicos’ carentes de experiencia, con prejuicios contra la Educación Pública y francas posturas de derecha; vinculados a universidades-negocio donde no se trabaja sobre educación con sentido popular, dedicada a ecuatorianos y latinoamericanos.
Lo mencionado es solo un ejemplo. Hay mucho más que observar. La propuesta carece de perspectiva de género. Por ello debemos debatirla con amplitud y reformarla a fondo. Una Educación sin Patria no va a ninguna parte.