Uno de los avances de la humanidad en las últimas décadas fue el reconocimiento del derecho a una educación de calidad para todos. Los organismos internacionales y cada vez más naciones asumieron este concepto de formación integral y humanista de las personas.
En nuestro país fue una lucha de dos décadas liderada por la sociedad civil, la que colocó el derecho a la educación en la agenda nacional. Trasladar este ideal a las aulas es el gran reto para los próximos años. Sin embargo, este logro universal está por sucumbir.
A escala local a falta de desarrollo y comprensión de la calidad desde los derechos humanos, ha hecho que en la práctica se adopten las concepciones neoliberales en varias de las políticas que se ejecutan.
A escala global cada vez las grandes corporaciones económicas y los bancos de crédito, inciden para que foros internacionales y agencias de Naciones Unidas inscriban dentro de las agendas mundiales de las próximas décadas el enfoque mercantilista y neoliberal de la calidad de la educación. Esta tendencia ha cobrado una fuerza inusitada, tanto que en el último Foro Mundial de Educación, realizado semanas atrás en Incheon, Corea del Sur, su presencia fue dominante.
Tal hecho es denunciado, por académicos progresistas, investigadores educativos, docentes y organizaciones de la sociedad de todo el mundo, a través de una Carta Pública que será entregada en pocos meses a la doctora Irina Bokova, directora general de la Unesco.
La mencionada misiva dice: “El discurso de la calidad educativa viene siendo utilizado por parte de los organismos económicos internacionales, como el “Caballo de Troya” en el cual se introducen las contrarreformas educativas que reducen el papel de los sistemas educativos al desarrollo de un pequeño grupo de aprendizajes y a una competición sin sentido entre las instituciones escolares por posicionarse en rankings.
De igual manera, dados los criterios selectivos en las materias que se evalúan se jerarquizan peligrosa y sesgadamente determinados aprendizajes… Las fuertes presiones de determinados organismos economicistas y financieros transnacionales, promotores de políticas y economías neoliberales, están contribuyendo a un notable abandono de concepciones educativas destinadas al desarrollo integral y la felicidad de la ciudadanía…
Vemos con enorme preocupación que políticas destinadas a impulsar una globalización económica neoliberal y políticas de mercado de homogeneización cultural se coloquen como piedras angulares de la actividad educativa.
Visualizamos una peligrosa tendencia a que se genere un Apagón Pedagógico Global como resultado de la fragmentación de la pedagogía como totalidad interpretativa del hecho educativo”. Se demanda que Unesco no se deje invadir por esta visión. Suscribimos totalmente la carta.