Desde junio, la Policía italiana andaba tras la pista. Hace pocas semanas estalló el escándalo que apenas la semana pasada las autoridades de la Cancillería dieron a conocer. Un alijo de 40 kilos de droga fue encontrado nada menos que en la valija diplomática.
Lo primero que hay que señalar es que la valija diplomática tiene como propósito el ágil y cuidadoso envío de documentación oficial desde el país de origen hasta las legaciones diplomáticas, y se rige por severos acuerdos internacionales como la Convención de Viena.
La droga fue introducida junto a material promocional de una obra de teatro que de ninguna manera es un asunto oficial ni tiene por qué viajar con ese carácter.
Llama la atención que haya hermetismo en el Ministerio de Relaciones Exteriores para fijar las escalas que siguió la ruta del equipaje conocido como valija diplomática, aunque desde la Embajada ecuatoriana en Italia se ha informado que el trayecto recorrido por el cargamento pasó por Guayaquil, Madrid y Lieja antes de arribar a Milán.
El grupo teatral a cuyo nombre llegó el bulto ya tuvo anteriores presentaciones en Italia con apoyo oficial, conforme lo dio a conocer una página de la propia Cancillería en 2009. La Secretaría del Migrante niega haber impulsado o apoyado esta nueva iniciativa, pero la vinculación de algún ente oficial o funcionario es algo que habrán de revelar las investigaciones policiales en Italia vinculadas con otras gestiones en el Ecuador. El país espera la suficiente transparencia de las autoridades para facilitar las diligencias que determinen si hubo o no responsabilidad de empleados o funcionarios. Por ahora, el daño a la imagen del país está hecho. ¡Qué vergüenza!