Con inusitada violencia las huestes del oficialismo chavista emprendieron a palazos contra los legisladores de oposición.
En Venezuela ya no bastaron los 91 muertos por la represión gubernamental para ahogar la protesta.
Ahora colectivos violentos, hordas desorbitadas , se tomaron lo que en toda democracia es en un símbolo: el poder legislativo en la Asamblea Nacional. El ente parlamentario tiene una clara orientación mayoritaria de oposición. Esas fuerzas buscaron por los métodos que la Constitución dispone, un referendo revocatorio del mandato del Presidente, convertido en un furioso represor. Sus aliados del Consejo Nacional Electoral, CNE impidieron esa expresión del pueblo en las urnas.
Pero antes de ayer las brigadas de choque del chavismo que domina la fuerza en Venezuela, con palos, pistolas y explosivos, arremetieron en el hemiciclo parlamentario y embistieron contra los legisladores de oposición dejando heridas a 20 personas: cinco diputados y los demás trabajadores.
Los agresores exigían a los miembros del poder legislativo que se pusieran ‘a las órdenes’ de una nueva vice fiscal, que designó el Tribunal de Justicia que responde a los designios de Nicolás Maduro, como contraparte a la Fiscal Luisa Ortega convertida en símbolo de la recuperación del estado de derecho.
La crisis deja decenas de muertos, cientos de heridos agravada por la falta de comida y los dirigentes detenidos, lo que ha causado el repudio de países.