La evaluación de las universidades ecuatorianas

El Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) ha informado en estos días los resultados de la recategorización de las universidades del país.

A pesar de los reparos que generó y pudiera seguir creando, la evaluación de los centros de estudios superiores persigue mejorar la calidad de la educación de pregrado y posgrado.

El proceso, además, ha terminado por cerrar el paso a las así llamadas ‘universidades de garaje’, que fueron un lastre para el Ecuador porque formaron a profesionales mediocres y sin los conocimientos adecuados.

En la práctica, la evaluación ha empujado a las universidades a mejorar en infraestructura, a contar con profesores más capacitados y a incrementar su producción científica. Eso ha pasado con las de las Fuerzas Armadas (Espe), de Cuenca y de Especialidades Espíritu Santo. Las tres instituciones ascendieron a la categoría A, según el reciente reporte del Ceaaces. Ahora, entre sus objetivos se incluye el acceso a la acreditación internacional.

Para las que se mantienen en la clase B y que aspiran a llegar a la A, se abre un nuevo proceso. Disponen hasta el 2018 -cuando se hará otra evaluación- para encarrilar más mejoras y alcanzar los puntajes indispensables en al menos cinco parámetros: evaluación docente, investigación científica, infraestructura, plan operativo anual y presupuesto.

Para lograr resultados sostenidos, la valoración debe ser continua.

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