La unidad es por ahora una posición declarativa sin proyecto político visible. La unidad tiene ejes: la libertad y la democracia.
Cuando líderes de distintas regiones y tendencias se juntaron hace algún tiempo. Muchos vieron -o quisieron ver- el germen de una unidad que se encaminaba a construir una alternativa de oposición que enfrente a la posible nueva apuesta del Presidente en el 2017.
Entonces se la combatió con dureza. Como si unirse para dialogar, acordar o aun para formar futuros acuerdos políticos y electorales fuese un delito.
Más allá de las burlas desde el poder y el calificativo de la fanesca, por la conjunción de ideas distintas en un mismo plato, nada se ha concretado.
Muchos esperaron entonces o esperan todavía hoy, que se junte a esas conversaciones Guillermo Lasso, el opositor más visible y que más trabajo de campo realiza para frenar la reelección presidencial por la vía de la consulta popular.
En una entrevista publicada por diario EL COMERCIO, el alcalde Jaime Nebot deja planteada una pregunta: ‘Si se busca una unidad, ¿qué se busca? ¿La unidad o una candidatura?’ Además, el Alcalde de Guayaquil dijo que se sentirían encantados de que Lasso esté en la unidad.
En los tiempos que corren, el reloj pasa aprisa y acorta el camino que el movimiento de Gobierno piensa transitar para las enmiendas. La unidad debe ir definiendo ideas y tomando opciones. Fue una unidad ausente por omisión deliberada de las marchas del 1 de mayo.
¿Dará un giro? ¿Cuándo?