Hace un año se proclamaba a Donald Trump ganador de unas reñidas elecciones con la candidata demócrata.
Mientras Hillary Clinton se hizo de la mayoría de los votos de los estadounidenses, Donald Trump venció en los estados centrales y obtuvo más votos electorales y, por el sistema de elección indirecta, llegó a la Casa Blanca.
Un año después, los demócratas vencieron en varias elecciones locales y algunos analistas se preguntan si Trump volvería a ganar una elección y cuánto influyó la imagen de su oponente.
La pregunta se debe a que el año de Trump ha sido atípico y agitado. La postura frente a la migración y sus tesis sobre la violencia armada suman adherentes pero también detractores. Igual sucede con la salud. Las revelaciones sobre la supuesta ingerencia rusa en los comicios le restan credibilidad.
En política internacional, Trump ha sostenido un discurso duro contra el terrorismo y se ha mostrado crítico con el régimen de Venezuela. Pero sin duda Corea del Norte ha marcado la pauta .
En ese contexto, la actual gira por varios países de Asia da pistas. No solo está el rechazo a las pruebas nucleares, la crítica al gobernante del régimen dinástico norcoreano. El apoyo a Japón para protegerlo frente a eventuales ataques de misiles , el reforzar a Corea del Sur y mostrarse en una base aérea, junto a los contenidos de la cita bilateral con el poderoso Xi Jinping en China Popular, marcan el pulso de una situación geopolítica preocupante.