La intolerancia despierta las alertas. El estudio encargado por el Distrito Metropolitano de Quito suscitó un documento de Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá y ex candidato presidencial en Colombia.
La intolerancia a las minorías sexuales y los rasgos xenofóbicos, acaso alentados por ciertas acciones inopinadas de apertura indiscriminada de fronteras, preocupan.
Se siente además en la capital una tendencia que promueve la falta de solidaridad y el refugio familiar o hasta individual ante la creciente violencia y la inseguridad pública. Estas preocupan a los ciudadanos, mientras las autoridades nacionales y locales se muestran impotentes.
En la vida cotidiana, que debería ser amable y llevadera, se advierte un grado de hostilidad. Eso se refleja de modo particular en las congestiones de tránsito y en las actividades de tramitología, la pesada atención burocrática y las colas de los bancos. La gente anda crispada y no aguanta mucho.
Trabajar en esa línea es importante, mucho más en esta temporada en que se convoca al mundo a venir a la ciudad de Quito, que ha sido considerada, por sus tesoros arquitectónicos y su rico centro colonial, como la Capital Americana de la Cultura.
Si los turistas encuentran inseguridad, si advierten un tono de hostilidad, si la ciudad no logra conservarse limpia, la convocatoria puede resultar contraproducente. Hace falta tomar conciencia de estos temas y actuar.
El estudio de Mockus merecerá en el mes próximo un análisis y anuncio de acciones por parte del Municipio. Todos estos aspectos que ahora mencionamos deberán analizarse y fomentar un concierto colectivo en pro de devolver a Quito esa condición de ciudad para vivir y visitar.