El techo de la deuda

En una economía fiscal cada vez más asfixiada por la falta de recursos que los ingentes gastos demandan, la norma legal ponía a la deuda el techo del 40% del Producto Interno Bruto (PIB).

El Gobierno optó por una nueva fórmula, argumentando que el cálculo se consolida de acuerdo al Manual de Estadísticas de las Finanzas Públicas del FMI (entidad antes denostada). De esa manera y por un decreto emitido el jueves, sin pasar por la Asamblea Nacional, la cifra de endeudamiento, cercana al techo del 40% del PIB, baja al 26.7%.

Hace pocos meses, el ex Ministro de Sectores Estratégicos habló de una reforma legal para ampliar el techo. El decreto la vuelve innecesaria.
La operación consiste en no considerar en ese monto a la deuda consolidada, es decir se excluyen las obligaciones con organismos públicos como el IESS o la Corporación Financiera Nacional.

Un reciente análisis de la Cámara de Comercio de Quito consideraba que el techo de la deuda se había sobrepasado con creces en atención a las ventas anticipadas de crudo, al adelanto recibido por la entrega del campo petrolero Auca, a los bonos de la Reserva Internacional y a los Certificados del Tesoro.

Con la promulgación del decreto se cortan USD 11 275 millones de la deuda pública. La pregunta que sobreviene es si ese margen se utilizará para emitir nuevos bonos, con altas tasas de interés y corto plazo, o para nuevos compromisos crediticios. ¿Más deuda que compromete el futuro?

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