Las tareas escolares

Ya es un hecho. La información da cuenta de la reducción del tiempo de las tareas escolares con fundamentos técnicos.

A simple vista es una buena idea que podría replicar el modelo de países de alto grado de desarrollo con alta calidad de educación. Ejemplo: Finlandia.

La relación técnica argumentada es que en el primer grado no reciban tareas y que por cada año adicional que los alumnos vayan escalando se sumen diez minutos, hasta llegar a un máximo de dos horas. Es indispensable que esas tareas sean coordinadas entre todos los maestros de un establecimiento educativo para alternar los deberes.

El asunto es potenciar el tiempo libre de los estudiantes y crear espacios para juegos, recreación, deportes y lecturas.

Pero esa buena iniciativa se toca con una realidad social. No todos los padres tienen tiempo para preocuparse por las horas de ocio o actividades extracurriculares de los alumnos. Unos no tienen el tiempo ni el dinero suficiente.

Muchas parejas con hijos trabajan en largas jornadas y reconducir las actividades de los estudiantes es un reto adicional que el colegio no suple.

Los riesgos son advertidos por los padres: el ocio, las ‘jorgas’ de muchachos sin rumbo y hasta la amenaza de la droga, si no tienen orientación y cuidado.

La autoridad está abierta a que se hagan ajustes de acuerdo con las necesidades de los alumnos. Es muy saludable que se siga debatiendo con profundidad y sosiego, para acercar los objetivos buscados y la realidad.

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