La política, expresada en el escenario de la Asamblea Nacional, reflejó de cuerpo entero, en la semana que concluye, lo difusa y poco sólida que puede llegar a ser.
El bloque mayoritario que llegó al ente legislativo como tras las elecciones sumaba 74 legisladores de Alianza País y sus aliados. La condena al exvicepresidente Jorge Glas; la destitución del presidente de la Asamblea, José Serrano; el encarcelamiento de varios ministros y altos cargos, y la condición de prófugos de otros, hizo añicos la unidad parlamentaria del bloque ‘verde flex’.
La expresión del presidente Lenín Moreno de llevar a efecto una cirugía mayor contra la corrupción, la acción de la justicia y los expedientes abiertos llevaron a constituir dos bloques que parecían nítidos. Alianza País, ala leninista, y la Revolución Ciudadana, facción del expresidente Correa.
Los cambios en el gabinete tuvieron repercusión en la composición del pleno del Poder Legislativo, al punto de forzar un reordenamiento de las bancadas en el Pleno luego de ataques verbales e injurias, intercambiados entre antiguos compañeros que en la década pasada parecían unidos como un puño.
La votación y especialmente las bancas vacías en la Comisión de Fiscalización en torno al juicio político al Superintendente de Bancos, mostraron la poca solidez de los bloques, ya que varios legisladores leninistas y correístas impidieron el proceso. Luego llegaron los desgranes. La política en su versión pragmática, al fin y al cabo.