El perdón oficial y el histórico momento fueron empañados al final por un doloroso accidente aviatorio.El día había transcurrido en Sarayaku como una fiesta que sentaba un hito en la historia.
El Gobierno pidió perdón a nombre del Estado ecuatoriano por atentados, en anteriores gobiernos, contra la integridad física de indígenas de ese pueblo y la autorización de explotar petróleo sin consulta previa a la comunidad.
La ceremonia se cumplió aunque hubo un momento de tensión, cuando la Ministra de Justicia cuestionó la presencia del Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, entidad de la que forma parte el pueblo sarayaku.
Los demandantes acudieron primero ante la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos en Washington y luego ante la Corte de San José. El dictamen fue favorable a los indígenas y la reparación económica se habría de sellar con la disculpa pública ofrecida.
Nunca en la memoria continental y tampoco en la nacional se había registrado algo similar y por ello el dictamen debe considerarse como un hito histórico.
Cabe recordar en esta oportunidad que el Gobierno cuestionó al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y buscó cambios en la OEA para limitarlo, como reacción ante los pronunciamientos de la Comisión Interamericana en materia de la libertad de expresión, un derecho amenazado en nuestro país.
Sarayaku sienta un doble precedente, tanto de reconocimiento al sistema como de respeto a un pueblo originario.