La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la emergencia global de los servicios de salud pública por el zika.
La proliferación del virus y las amenazas que este representa son los motivos detrás de esta decisión.
La declaratoria, que se comunicó ayer, obedece a una razón en particular. El zika aparece como el principal sospechoso de la multiplicación de malformaciones congénitas en bebés, en naciones de América Latina. Los casos son más frecuentes en Brasil. Precisamente, este país incluso ha incorporado a los militares en las tareas para controlar el mosquito Aedes aegypti, que es el vehículo transmisor del virus.
En la práctica, ¿qué implica la declaratoria? La directora de la OMS, Margarita Chan, lo ha explicado: ‘Necesitamos una respuesta internacional coordinada frente a una amenaza para el resto de la población mundial’.
La nueva lucha del sector de la salud pública de la comunidad internacional, que ya afrontó con dificultades el embate de la epidemia de ébola en África, se centrará con énfasis en el control de los mosquitos.
La declaratoria de la OMS trae otro mensaje. Debe entenderse como un llamado que hace el organismo mundial a las autoridades de la salud y a los habitantes de los países amenazados por el virus -entre los que se incluye Ecuador- a brindar una colaboración plena.
Se necesitan, entonces, más campañas y esfuerzos en el país con el fin de hacer frente a un mal que se muestra peligroso.