Un llamado a la concordia y a la unidad para trabajar por la ciudad fue el mensaje que el flamante Alcalde de San Francisco de Quito dio a sus habitantes.
Mauricio Rodas pasó revista al pasado histórico que conviene reivindicar, al mestizaje que teje nuestra condición, a la estirpe libertaria y a las ideas expresadas con fecundidad en el primer periódico.
También se volcó al presente para afrontar los grandes temas de una ciudad compleja. La seguridad es una demanda quiteña que el nuevo Alcalde recoge como reto.
La urgencia de un transporte de calidad fue otro eje clave del primer mensaje oficial del Alcalde. También habló de la necesidad de poner la tecnología al servicio de los ciudadanos.
Rodas no dejó de tocar los espinosos temas que salieron a flote en la campaña electoral como las multas y sanciones y su compromiso de reestructurarlos.
El entorno maravilloso del Quito colonial fue el escenario que Rodas escogió para trazar las líneas maestras de una política cultural abierta, inclusiva y variada en su generosa expresión.
Otro de los temas nucleares del discurso fue aquel del debate nacional en torno a los mandatos constitucionales de competencias autónomas y a la descentralización del poder que una nueva norma legal puede empañar.
Rodas, con la mano extendida a los ediles de distintas tendencias, los convocó a trabajar por Quito. Evocó la figura de su padre para invitar a construir la ciudad que soñamos. Un gran reto que requiere de un trabajo tesonero y mancomunado.