RENUNCIA UNILATERAL A LAS PREFERENCIAS

Con firmeza, altos funcionarios en Quito rechazaron unilateralmente la renovación de las Preferencias Arancelarias Andinas que cesan el 31 de julio, para 750 productos ecuatorianos que se venden en Estados Unidos.

Las preferencias arancelarias son un mecanismo de compensación que otorgaba EE.UU. a aquellos países que luchan contra el narcotráfico.

Este Gobierno organizó una campaña publicitaria y el cabildeo intenso en Washington desde hace varios meses para insistir en la renovación que permite que esos 750 productos ecuatorianos -flores, atún, brócoli, etc.- sigan siendo competitivos frente a los de otros países del continente.

El cierre de las preferencias podría perjudicar a los productores ecuatorianos que cifran en el mercado norteamericano (país con el que Ecuador tiene su mayor complementariedad) la base de sus exportaciones. Pero no es un tema solo de empresarios: los 750 productos generan en el Ecuador miles de plazas de trabajo.

Frente a la ofensiva diplomática y de mercadeo que se venía realizando, y que entraña un esfuerzo público y económico, es difícil entender esta renuncia unilateral, excepto que haya primado el factor político. Solo en ese contexto se entiende la ironía de ofrecer 'ayuda' al Gobierno estadounidense por USD 23 millones para capacitación en DD.HH. Ojalá las compensaciones ofrecidas por el Gobierno logren equilibrar el impacto del repentino anuncio.

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