En el final del período que preside Rafael Correa y a las puertas de la posesión de Lenín Moreno, la Asamblea que terminó su período aprobó -junto a otras normas de última hora – la denuncia de los Tratados Bilaterales Recíprocos de Protección de Inversiones (TBIs).
Es un tema que había sido postergado durante años y que apareció repentinamente en la agenda legislativa, lo cual generó sorpresa entre las delegaciones diplomáticas y el sector productivo.
La idea de denunciar los tratados puede ser contraproducente si se quiere atraer nueva inversión y, en todo caso inoportuna , ad portas de un nuevo Gobierno a instalarse en ocho días.
La Constitución tiene normas de soberanía y el establecimiento de tribunales de arbitraje regionales no se ha concretado. Sin embargo esos tratados han sido aceptados por las partes firmantes y esto genera inquietud.
Para el Ministro de Comercio Exterior, las diferencias de opinión no son un impasse, pero la embajadora de la Unión Europea en el país piensa que el momento no es oportuno. Se trata de un tema de confianza y seguridad. La reacción del Presidente fue dura, al señalar que gobernará hasta el 24 de mayo, y cuestionar las opiniones de embajadores de países que han firmado TBIs y que se verían afectados con la denuncia que resolvió la Asamblea.
Este será uno de los temas cruciales, uno más para la agenda de Lenín Moreno, quien necesitará ampliar su agenda de diálogo a escala internacional.