En el país son más los propietarios de vivienda que los arrendatarios, según cifras oficiales del Instituto de Estadística y Censos. Hay 1 786 000 propietarios con su propiedad totalmente pagada; además 400 000 viviendas son regaladas o heredadas, 249 000 están en proceso de pago y hay 816 000 arrendatarios.
Los datos que presenta una reportería del diario EL COMERCIO muestran otro aspecto que puede parecer curioso: es Quito la ciudad que aloja a mayor número de arrendatarios. El fenómeno se atribuye al número de estudiantes que vienen del interior y a los flujos migratorios desde el campo, en un país donde la movilización interna en medio siglo ha modificado sustancialmente la demografía: hoy hay muchos más ecuatorianos en la ciudad que en el sector rural.
Pero estas cifras, más allá del déficit de vivienda y de las condiciones de las casas y departamentos, no reflejan los conflictos que establece la relación entre los propietarios y los inquilinos y que, muchas veces, termina en conflictos, tensiones, juicios, moratorias y hasta desahucios.
En los juzgados de inquilinato las causas se acumulan, llegan hasta 10 por día. Los legisladores piensan hacer más expedito el trámite. Estudian una sustanciación oral de los juicios. Hay muchos arrendatarios que dejan de pagar y caen en mora. En suma, un tema social delicado que amerita decisiones legislativas sensatas.