En tres provincias de la Costa -Manabí, Esmeraldas y Los Ríos- el sismo causó estragos en un total de 7 525 empresas.
Los datos que recogió la Secretaría de Gestión de Riesgos dan cuenta de múltiples actividades productivas afectadas. Esas empresas daban trabajo a miles de empleados. El país tiene la obligación de apoyar su reanimación.
Los rubros productivos van desde las empresas pesqueras y camaroneras a las granjas avícolas y porcinas, las piladoras de arroz y otros granos y los centros de acopio de cacao o café, así como plantas de recolección de leche, molinos y fábricas de alimentos balanceados para aves y ganado.
Los bancos privados ya han dado un respiro a los productores endeudados por 90 días y se comprometieron a revisar los casos para refinanciar los créditos y apoyar la recuperación de estos importantes sectores del país.
Mientras tanto, la banca pública se ha comprometido a entregar su contingente para la reactivación. Así, la Corporación Financiera Nacional, CFN, fijó un monto de USD 25 millones y un financiamiento de hasta el 100% para las inversiones productivas.
El antiguo Banco Nacional de Fomento, ahora llamado BanEcuador, ha estipulado un monto de USD 32 millones como capital de trabajo. Y el Banco del Pacifico, en manos estatales, prevé USD 70 millones más.
La reactivación productiva de las zonas de desastre es una tarea nacional que nos compromete a todos.