Los datos que arrojó el último censo son manifiestos. Quito, capital histórica del país, lo es también en el aspecto económico. Es un resultado de actividades de la industria, el comercio, la construcción, los servicios y la dinámica de gasto derivada del crecimiento de la burocracia.
El 2012, según esas cifras, el crecimiento experimentado fue del 9%. Para los próximos tres años se tiene previsto un promedio del 7%. El dato es superior a otros del país. Si el comercio y la construcción son motores importantes, las proyecciones miran también al crecimiento en materia de software, el sector químico y farmacéutico, el metalmecánico, el de transporte y logística y el turístico.
En este último rubro diciembre puede registrar un bajón según el secretario de Desarrollo Productivo del Cabildo capitalino, Eduardo Dousdebés. Él lo atribuye a la suspensión de la feria taurina de Quito anunciada en noviembre por la empresa propietaria de la plaza de toros que no dejó tiempo de reacción a la Municipalidad. Las consultas de diario EL COMERCIO dan cuenta de un decrecimiento en la ocupación hotelera con visitantes de Colombia, Perú, España y Francia. Los restaurantes sufrieron también bajones significativos durante la primera semana de diciembre. Lo mismo, los locales aledaños a la plaza que llevaban meses preparándose para un espectáculo que convoca cada temporada a al menos 120 000 espectadores. No se diga la pérdida que causó esta suspensión en los profesionales del toro.
Al margen de este bajón, se trata de buenas noticias para una ciudad que ve fomentado el movimiento comercial por la capacidad de gasto de un sector público creciente, según la Cámara de Comercio de Quito. Las mejoras en infraestructura, movilidad y seguridad deben ir de la mano.