La bimilenaria historia de la Iglesia Católica escribió una página inolvidable: eligió a un papa sudamericano. El cardenal Jorge Mario Bergoglio es el sucesor de Benedicto XVI.
La Plaza de San Pedro se llenó de júbilo al caer la tarde romana, luego de que el humo blanco anunciara que el cónclave eligió a un nuevo Papa. Francisco es el nombre adoptado por Su Santidad, hasta ayer cardenal primado de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. Es un jesuita de 77 años de edad.
Muchos hechos poco frecuentes, como la renuncia de un pontífice en funciones, el papa emérito Benedicto XVI; la selección de un papa que no haya nacido en Italia, como antes sucedió con los nacidos en el norte de África, Polonia y Alemania, y la inusual e inédita selección de un cardenal latinoamericano harán de esta una elección única en la historia de la Iglesia.
El nuevo Papa fue provincial de los jesuitas durante ladictadura militar. En el arzobispado de Buenos Aires formuló severos cuestionamientos por la explotación. “Se cuida mejor a un perro que un humano”, señaló al comentar la cruda imagen de los niños tirando carros de carga en Buenos Aires. La deuda social es inmoral, injusta e ilegítima, dijo en otra ocasión el cardenal, quien a su vez fustigó la corrupción. Latinoamérica celebra la designación. Los fieles oran por que sepa conducir a la Iglesia por un sendero recto, en medio de los retos inmensos de los tiempos.