La idea de aumentar las reservas petroleras del país se cristalizó en una apertura a inversiones de distintas empresas y consorcios.
Se trata de buscar la posibilidad de extraer petróleo de los campos maduros, que supone una tecnología especializada. Las empresas son de distintos países -las hay de Estados Unidos, China, Argentina, Francia y Ecuador-, algunas son estatales y otras privadas. Tienen experiencias en la extracción y cuentan con tecnologías apropiadas para procurar obtener el crudo remanente en los 17 campos antiguos, entre ellos algunos que explotó la empresa estadounidense Oxy, cuyo control pasó a manos de Petroamazonas hace una década.
Se trata de un proceso conocido como recuperación mejorada del que se ha hablado desde hace varios años, pero que apenas se decide en este momento con el fin de incrementar las reservas.
La apertura coincide con el declive de la producción nacional, que se sitúa en 550 000 barriles diarios.
El contrato, si la tecnología permite la extracción prevista, supone una tarifa que oscila entre USD 30 y USD 38,5 por cada barril y con una curva base, es decir, las empresas prestarán sus servicios para que se nutra el monto de extracción de la empresa estatal petrolera.
La urgencia de aumentar reservas, que además pasarán por las proyecciones que arroje en el futuro el proyecto ITT en una zona del parque Yasuní, pasa por el nuevo escenario internacional de precios de los crudos marcadores de los que depende la economía nacional.