El pueblo peruano se pronunció en las urnas con una votación polarizada que hará necesario esperar el escrutinio total.
Si bien faltan por computarizarse las mesas electorales de sitios apartados y aquellas que lleguen del exterior, se llevan ya totalizadas oficialmente más de 71 000 juntas receptoras de votos (faltan por contabilizarse 5 700), lo que marca una tendencia clara.
Aunque los candidatos finalistas han preferido la cautela ante los resultados finales, cabe señalar que la justa ha sido la más reñida en 25 años.
Hace una semana todos los sondeos daban como ganadora a Keiko Fujimori con alrededor de 5%. El domingo Pedro Pablo Kuczynski obtuvo, según el organismo oficial del sufragio ( ONPE) el 52,32%, frente al 49,68% de Fujimori.
Los analistas dicen que el último debate, la gigantesca marcha en Lima contra Fujimori y las denuncias de lavado de dinero contra un alto colaborador revirtieron la tendencia.
Lo cierto es que el próximo presidente no tendrá mayoría absoluta. Y debe negociar con distintos bloques, incluso con Fuerza Popular (de Fujimori ) y acaso deba buscar un arresto domiciliario para el ex presidente, con el fin de atenuar la oposición de sus hijos (Kenji Fujimori debiera presidir el Congreso).
Al margen del resultado final, Perú votó masivamente por candidatos de un liberalismo ortodoxo y de un liberalismo populista. Ahora el reto es, dentro del modelo elegido, sacar a millones de peruanos de la extrema pobreza.