Peatones y ciclistas

A pocos días de iniciado el pico y placa en Quito, queda claro que se debe mejorar la calidad y las frecuencias del transporte al público: la ciudadanía demanda al Municipio que no lo descuide.

Pero es tiempo de pensar en los ciclistas y los peatones. Para las autoridades policiales estos grupos son los más vulnerables.

La parte gruesa de la pirámide la conforman los peatones. No son respetados ni por los ciclistas ni por los conductores, peor por los profesionales del volante, y eso es una aberración. El ser humano es la razón de ser de la vida en comunidad y su máxima expresión es la ciudad, un espacio para todos sus habitantes.

Así como hay que pedir una gran dosis de conciencia a los choferes para que respeten a los peatones debemos exigir que haya suficientes medidas de control, semáforos y pasos cebra, y por supuesto una dosis indispensable de disciplina ciudadana.

No es posible que la gente cruce a la carrera y en medio de vías de tráfico rápido por cualquier parte poniendo en riesgo su propia vida y ocasionando sobresaltos y, muchas veces, fatales accidentes múltiples de tránsito.

En cuanto a los ciclistas, primero se debe pedir que respeten a los peatones. Muchos circulan en veredas y parques a velocidades prohibidas y han causado accidentes.

Aunque las estadísticas muestran una pobre presencia de ciclistas tras la implantación del pico y placa (174 circulan diariamente) se les pide acatar las normas y se exige asegurarles su derecho de circular con seguridad. Muchos vehículos privados, buses y camiones les embisten sin la menor consideración, y su vida corre peligro. Vivir en comunidad exige sacrificios pero, sobre todo, una norma elemental: respeto y consideración a los demás.

Suplementos digitales