Una vez más, Quito sufrió el susto mayor de un sismo y sus réplicas. Las primeras informaciones oficiales hablaron de un muerto, ocho heridos y cuatro personas atrapadas, amén de 68 evacuados.
El epicentro del fuerte temblor (5,1 grados en la escala de Richter) fue al norte de la capital y se llegó a sentir en las provincias de Esmeraldas e Imbabura. La zona de Guayllabamba, la ruta Collas -recién inaugurada- y las proximidades de Tababela y la Mitad del Mundo fueron los sectores más afectados.
Más allá del dolor de la tragedia en una mina del cerro Catequilla, la ocasión puso a prueba los sistemas de emergencia que operaron con rapidez , respondieron a las tareas asignadas, evaluaron los impactos e informaron con premura.
El Comité de Emergencia se activó con la participación del Alcalde de Quito y del Prefecto de Pichincha.
Los sismos, cuyas réplicas siguieron en las horas subsiguientes, ponen sobre aviso a las autoridades y a la población ante la eventualidad de catástrofes mayores.
La idea es reforzar las construcciones, privilegiar a cuarteles de bomberos, Policía y Fuerzas Armadas , así como unidades hospitalarias y escuelas que puedan oficiar de albergues de emergencia.
Cabe reanudar los planes de evacuación, primeros auxilios y capacitación para estar preparados en todo momento.
Una vez más se puede advertir, ante el cierre temporal del aeropuerto de Tababela, que se debe dejar intacta la pista aérea del antiguo aeropuerto, solo para situaciones límite de emergencia.