Vale la pena seguir con atención los anuncios del Ministro de Hidrocarburos frente a la deuda con prenda petrolera.
Los sistemas a través de los cuales el régimen pasado obtuvo dinero fresco estuvo rodeado de opacidad. No se pudo conocer, ni oportunamente ni con precisión, sus condiciones.
Así las cosas, hoy resulta que los colaterales para esa deuda con empresas de China y Tailandia representaban cuatro veces su valor en petróleo por cada dólar, para el primer caso, y ocho veces, para el segundo.
Por eso luce indispensable y sano buscar fórmulas de renegociación. El ministro Carlos Pérez informó sobre la predisposición de la delegación de Tailandia. Los funcionarios chinos se muestran más duros, aunque dejaron sentado su interés de ampliar sus operaciones en el país, lo que abre un espacio para negociar los contratos.
En esa línea hay varios temas que deben revisarse, como la fórmula para calcular el precio del crudo, los volúmenes comprometidos y el costo del transporte. Preocupa que en tres contratos no se admita la precancelación de la deuda, que impide liberar el petróleo comprometido para colocarlo en el mercado en mejores condiciones. Bajo ese escenario, el país necesitaría USD 5 000 millones para proceder al pago anticipado de las deudas onerosas.
Plazos largos y condiciones financieras acordes al mercado deben ser los parámetros en cualquier negociación que privilegie los intereses del país.