La abundancia suele ser fuente de beneficios, pero también de conflictos entre los seres humanos. La renta petrolera en aquellas regiones donde se extrae el ‘oro negro’ no escapa a esta lógica de debate.
La Ley 010 determina que por cada barril de petróleo que se extraiga, se pague un dólar a los gobiernos seccionales de la Amazonía. Los dineros llegan al Instituto para el Ecodesarrollo Regional Amazónico (Ecorae), que es la entidad que los maneja.
Pero hay otras propuestas diferentes. Hay sectores que piensan que se debe subir esa renta petrolera de USD 1 a 3. Otros hablan de una regalía del 5%.
El esquema de regalías, con diferentes destinos, se puso en vigor en la época de las dictaduras militares. En 1972 empezó el ‘boom’ petrolero y con él la historia de las regalías que se han ido restringiendo.
La riqueza del petróleo ha sustentado la vida nacional y el Presupuesto del Estado. Junto a ese dinero el recaudo de impuestos y la diversificación de los productos exportables han dado los recursos que el país demanda y ahora la dolarización exige para su supervivencia.
Pero a la aspiración legítima de recursos para emprender en obras que apuntalen el desarrollo en las zonas que otorgan al país los beneficios del petróleo, sobreviene el debate político. El Presidente busca un compromiso en partidos de la izquierda para que se comprometan con la explotación si es que quieren los recursos económicos de ella.
Hará falta un diálogo franco y abierto para definir el futuro de regalías o rentas.