El Municipio de Quito inauguró el parque Cumandá, el 25 de enero. Una linda idea. Era el tiempo de campaña electoral.
Nueve meses después, la actual administración municipal se vio obligada a cerrar el parque por filtraciones de agua, caída del cielo raso y una evaluación que todavía tardará para determinar en cuánto tiempo se puede hacer las reparaciones, para que este sitio recreativo, una linda idea, vuelva a abrirse al público.
La obra costó más de USD 11 millones, tres más del presupuesto inicial de casi USD 8 millones. El reajuste desde el presupuesto programado es algo casi habitual en todas las obras públicas.
Lo que no estaba programado es que una infraestructura nueva, inaugurada en campaña aguante tan poco tiempo.
Las autoridades tienen la palabra, para evaluar los daños, y hacer una fiscalización total de lo ocurrido, identificar a los presuntos responsables y estudiar el tiempo de reparación.
El Instituto Metropolitano de Patrimonio estima que alguna de las filtraciones de agua que se presentaron por el duro invierno podrían traer problemas estructurales. Los técnicos tienen la palabra, pero habría que establecer si esas fallas fueron detectadas antes del invierno.
Juegos, gimnasios, una sala de bailoterapia -lindas ideas-, eran visitadas diariamente por 5 000 personas. Una verdadera alternativa de recreación. Por ejemplo, la sala de bailoterapia tenía cada día 500 personas para el ejercicio.
Una linda idea que ahora deja perjudicados a miles de usuarios. Una fea idea.